Descripción del proyecto

Ómicron

Boletín de Salud N° 22 002

Tras dos años de pandemia, se espera que sigan surgiendo nuevas variantes de SARS-CoV-2. El virus que causa la COVID-19 nos muestra su cambio constante y la acumulación de mutaciones en su código genético. Algunas variantes surgirán y desaparecerán, mientras que otras surgirán y continuarán extendiéndose pudiendo reemplazar variantes anteriores. Según las características de las variantes, las consideraciones adicionales pueden incluir el desarrollo de nuevos diagnósticos o la modificación de vacunas o tratamientos.

La variante Ómicron, identificada en noviembre de 2021 fue denominada por la OMS como variante de preocupación (VOC) debido a la facilidad de propagarse o la gravedad de los síntomas que causa. Es la causante de las infecciones en varios países en este momento. Lo más probable es que el aumento de las infecciones se deba a una combinación de dos factores: el aumento de la transmisibilidad y la capacidad de la variante para evadir la inmunidad conferida por infecciones o vacunas pasadas (es decir, evasión inmunitaria), aunque se desconoce la contribución precisa de cada uno de los dos factores. Los datos también muestran que es probable que las personas vacunadas que reciben una dosis de refuerzo o que también estaban previamente infectadas tengan una protección más fuerte contra Ómicron.

Esta variante se expande rápidamente y los estudios apuntan a que es la más contagiosa hasta la fecha. Pero esta versión del coronavirus parece estar causando síntomas más leves que sus predecesoras, haciéndola más similar a una gripe o resfriado común. Hasta ahora, los cinco síntomas más comunes son:

  • Secreción nasal
  • Dolor de cabeza
  • Fatiga (leve o severa)
  • Estornudos
  • Dolor de garganta

Debido a que muchos de los síntomas que se reportan ahora son similares a los del resfriado, esto puede conducir a que la gente “quizás no va a reconocer la infección como COVID”.

Las herramientas para luchar contra Ómicron

Hasta saber más sobre el riesgo de Ómicron, es importante utilizar todas las herramientas disponibles para protegerse y proteger a los demás.

  1. Vacunas. Las vacunas siguen siendo la mejor medida de salud pública para proteger a las personas de la COVID-19, disminuyen la transmisión y reducen la probabilidad de que surjan nuevas variantes. Son muy eficaces para prevenir enfermedad grave, hospitalización y muerte. Las dosis de refuerzo aumenta la respuesta inmunitaria por lo que si ya se cumplieron seis meses de la aplicación de las dos dosis de la vacuna, la persona debe colocarse su nueva dosis.
  2. Mascarillas. Hacer uso correcto de la mascarilla que cubra nariz y boca y tenga buen ajuste en el rostro. Las mascarillas ofrecen protección contra todas las variantes. Se recomienda su uso en entornos públicos, lugares cerrados, en áreas de transmisión (centros de salud), al aire libre cuando no se puede mantener la distancia física recomendada, independientemente del estado de vacunación.
  3. Lavado de manos frecuente con agua y jabón, o el uso de solución alcoholada con más de 70% de concentración.
  4. Evitar aglomeraciones.
  5. Pruebas. Tanto las pruebas PCR que son las más se utilizadas como las pruebas rápidas de antígenos siguen detectando la infección por la COVID-19, incluida la variante Ómicron. Si presenta síntomas consulte a un médico. No se realice las pruebas sin conocimiento, un resultado negativo en la prueba no siempre significa que la persona no tiene la enfermedad y, por lo tanto, hay que considerar el resultado dentro del contexto de las características del paciente y de su exposición al virus
  6. Aislamiento: Si recibe un resultado positivo de COVID-19 la persona debe aislarse por lo menos diez días, incluso si no tiene síntomas y notificar a todas las personas con las que tuvo contacto directo en los días previos. Asimismo, si se tuvo contacto directo con un caso positivo, la persona se debe aislar hasta hacerse una PCR y notificar a las personas con las cuales tuviste contacto.

 

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