Según la definición del diccionario, «La huella es la señal que deja el pie del hombre o del animal en la tierra por donde pasa». Y es cierto, nuestro tránsito por el planeta no pasa desapercibido. Las personas, las organizaciones y empresas con su actividad, las materias primas y los residuos que todos generamos, ocasionamos un impacto ambiental considerable. Claramente, dejamos huella.

La huella de carbono es el principal indicador ambiental que puede tener una empresa para conocer su impacto en el planeta, determinar la cantidad de emisiones de gases que puede producir de forma directa o indirecta a través de sus actividades e iniciar acciones para reducirlas.

Calcular la huella de carbono da una serie de beneficiosos por diferentes motivos:

• Favorecer la reducción del impacto ambiental de la compañía y las emisiones de CO2 y contribuir a frenar el cambio climático.
• Asumir un compromiso ambiental a nivel empresarial.
• Ser una empresa sostenible.
• Es un elemento diferenciador en el mercado.
• Fomentar la confianza de sus clientes.
• Posicionar a la empresa a la cabeza en el cumplimiento de la actual legislación ambiental internacional.

La medición de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) es un paso fundamental para que las empresas evalúen sus propios riesgos vinculados al cambio climático y comprendan cómo sus actividades productivas impactan en el clima. Los principales GEI son: dióxido de carbono (CO2), vapor de agua (H2O), metano (CH4), óxidos de nitrógeno (NOx), ozono (O3), clorofluorocarbonos (CFC).

La huella de carbono se calcula formulando preguntas basadas en tres áreas claves: consumo de energía, transporte y estilo de vida, estando este último vinculado centralmente al consumo de alimentos y a la gestión de residuos.

Las empresas pueden aplicar una serie de medidas para reducir la huella de carbono, que tendrán un gran impacto positivo ambiental y social:

• Reducir el uso de energía
• Utilizar energía procedente de fuentes renovables.
• Controlar los gases refrigerantes de los aires acondicionados.
• Promover el trabajo flexible, para reducir el número de horas de los empleados en las instalaciones.
• Políticas de movilidad a través de facilitar transporte a los empleados, reduciendo los viajes en avión, apostando por las videoconferencias.
• Realizando campañas de sensibilización.

“Lo que no se mide no se puede mejorar”.

William Thomson Kelvin

Fuentes:

https://climate.selectra.com/es/empresas/huella-carbono

https://www.nationalgeographicla.com/autor/redaccion-national-geographic